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RESEÑA

Estas dos novelas no pueden reseñarse por separado porque parecen un libro partido en dos. El haberlos separado en dos historias ha sido un acierto para la venta y la aceptación de los miles de lectores que ya los han leído. A mi criterio, así ha sido más fácil y económico poner en el mercado esta maravilla de historia. Si hubiera salido solo como una gran novela de ochocientas páginas, quizás, al ser Javier Castillo, un escritor nobel y desconocido, no habría vendido casi nada, en este difícil mundo literario; donde cada día salen cientos de novelas como primicias mundiales.

Y digo que es un libro dividido en dos, porque la historia no se corta al terminar la primera de las novelas: “El día que se perdió la cordura”; sino que continúa, atando todos los hilos que quedaron sueltos en la historia con: “El día que se perdió el amor”.

Javier Castillo es un escritor que, como muchos, se atrevió a subir su novela a Amazon, y, para su sorpresa y la de muchos, se convirtió en un auténtico éxito de ventas. Ha sido publicado en papel y ha desbancado en las listas, incluso, a Aramburu con su “Patria”.

Ese hecho aislado, el vender más que un consagrado de las letras, no sería suficiente para considerar a Javier Castillo un buen escritor, líder de ventas. Para conocerlo, hay que leerlo. Y de eso se trata, de leer los dos libros casi seguidos si se puede.

Es mi recomendación, porque en la primera novela, las piezas del puzle de la historia van encajando muy despacio, como en uno de esos, tan difíciles, donde el mar y el cielo son tan parecidos, que las fichas se confunden entre ellas por sus tonos similares.

Si se leen seguidos, no se olvidan las piezas que quedan sueltas y se enlazan con rapidez al retomar la segunda novela. Son cortas y de lectura fácil, trepidantes; donde las páginas van pasando como en un suspiro, mientras dejas de respirar para seguir leyendo en una lenta agonía. Quieres saber qué va a ocurrir, porque en ningún momento eres capaz de adivinar por donde van a salir los personajes.

Javier Castillo, en la primera novela, consigue perderte en su telaraña de capítulos. Ya no sabes quién es quién, y es solo al final cuando las piezas importantes, las que dan sentido a la historia, encajan y, así, averiguas qué es lo que ha ocurrido en realidad en el laberinto de sus letras.

En la segunda novela, el escritor es más reposado que en la primera. Hay escenas que ya son fáciles de encajar en la historia, gracias a la primera novela. Pero eso también la hace interesante. Que el lector vaya encajando las piezas, convierte a la novela en un juego interactivo de escritor con lector. No es una narración plana donde se narran unos hechos. Son capítulos sueltos que van cosiendo la tela de la historia. Y, es al final, donde llega la mayor de las sorpresas: el desenlace final de la historia. Y te quedas con ese buen sabor de boca que dejan las novelas auténticas: pena y alegría por igual. Pena porque se termina la historia y alegría por llegar a un desenlace que rellena todos los huecos que quedaron vacíos desde el comienzo de la historia; allá por la página uno de la primera novela.

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LO MEJOR

La forma de narrar la historia; esa forma trepidante de hilvanar los capítulos que, en un principio, parecen andar sueltos, a su aire.

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LO PEOR

El escritor no profundiza mucho en las escenas. La acción transcurre tan rápida que pasa por encima de las descripciones. Es difícil imaginar los lugares y el físico de los personajes. Da igual que la historia transcurra en New York y los protagonistas sean americanos. También podrían haber vivido en Cádiz, y ser españoles. Pero eso, quizás, no habría catapultado a la fama a este escritor.

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VALORACIÓN FINAL

PROSA: 8,5

AMBIENTACIÓN/ATMÓSFERA: 9

PERSONAJES: 8

DESENLACE: 9,5

ENTRETENIMIENTO: 9,5

ORIGINALIDAD: 9

NOTA MEDIA FINAL: 8,90 

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EDITORIAL: SUMA

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LINK DE COMPRA:  (AQUÍ) y (AQUÍ)

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RESEÑA: Ana Vivancos Jiménez

MAQUETACIÓN: Carlos Navas Martínez-Márquez